1850 – 1970 marca el advenimiento de Alemania y de los Estados Unidos como potencias industriales, junto a Francia y al Reino Unido. Esta fase implica una serie de desarrollos dentro de la industria química, eléctrica, de petróleo y de acero. En la primera década del siglo XX, la energía eléctrica convergió con el motor de combustión interna, propulsada por combustibles fósiles, principalmente derivados del petróleo, dando lugar a la llamada Segunda Revolución Industrial.